Dándole vuelta al mundo

Transiberiando

Transiberiano
La costumbre local es traer bolsos con comida, pan, tazas, cubiertos, saquitos de té, fruta y verdura, y de esa comida que con agua caliente despierta a la vida (principalmente, fideos en una sopa). Lo común también es ponerse ropa cómoda apenas suben y volverse a cambiar antes de bajar. Y si se hacen buenas migas con los compañeros de compartimento, la comida a veces se comparte. En el tren hay un vagón restaurante, pero los precios son algo elevados y, según el vagón en el que estés, tenés que atravesar muchos para llegar, lo que implica también pasar por varios ceniceros humanos (al final de cada vagón).

Transiberiano: cómo elegir tu lugar

Transiberiano
Pros y contras Una vez que subís al tren, el baño permanece cerrado hasta que la encargada del vagón controla todos los pasajes en forma bastante autoritaria y hasta un poco violenta. Despierta a los dormidos, insiste a los remolones y no deja pasar a nadie por si hay alguno que quiere escabullirse. Antes que nada, quiero aclarar que mis opiniones a continuación están basadas únicamente en el viaje nocturno Moscú-San Petersburgo, de una duración de 12 horas y en tercera clase.

Санкт-Петербург

Transiberiano
Rusia es parte de una dimensión paralela. Un mundo parecido al nuestro, pero diferente (una especie de 2Q13). Estuvimos dos días en Moscú y fue difícil, muy difícil. Comunicarse, comprar algo, hacer trámites. Imposible. Nadie te entiende, casi nadie habla inglés, todo está en cirílico y, en lugar de ayudarte o tratar de entenderte, te dicen algo que no entendés, pero que, la mayoría de las veces, equivaldría a un andate y arreglate.