Una semanita en Corea del Sur

Posted by Lucía on Wednesday, September 4, 2013

En Vladivostok nos tomamos el DBS Cruise Ferry que va a Japón, pero pasa por Corea del Sur. Así que, ya que estábamos, decidimos bajar en Corea antes de retomar nuestro rumbo. Viajamos en tercera clase, que consta de cuartos con pasillos y camas marineras a cada lado, cada una con su propia luz, su almohada, su frazada y su cortinita.

A la mañana siguiente de subirnos, llegamos a Donghae, en Corea del Sur, y nos tomamos un tren a Seúl.

Seúl

Un poco de historia muy resumida: después de la Segunda Guerra Mundial, EE. UU. y la Unión Soviética liberaron a Corea de la ocupación japonesa. EE. UU. se hizo responsable del sur, y la Unión Soviética, del norte, solo a fines de organizar, no de dividir. Pero luego, el norte comunista invade el sur y llegan a ocupar hasta el 90 % de Corea. Ahí se involucran las tropas de EE. UU. y de la ONU (con soldados de todas partes del mundo) en esta guerra: la guerra de Corea (aunque en Corea del Sur, la llaman principalmente “la invasión por parte de Corea del Norte”). Con esta ayuda, logran retraer las fuerzas del norte casi hasta el límite con China, pero no dura mucho, porque China comunista se une a Corea del Norte y vuelven a ocupar hasta la mitad. Después se firma el armisticio y se establece la zona desmilitarizada, pero como no se firma ningún tratado, técnicamente siguen en guerra hasta el día de hoy, solo que con un alto el fuego (aunque en los últimos tiempos los norcoreanos se mandaron varias).

Fuimos a la zona desmilitarizada (DMZ) entre Corea del Sur y Corea del Norte, zona bastante hostil y casi sin civiles. Nos metimos en el tercer túnel descubierto, construido por Corea del Norte para infiltrarse en el sur. Caminamos los 350 metros hacia abajo (lo mismo para arriba, el ejercicio del día) y después otros 275 metros de túnel recto. No más porque está sellado tres veces, con un mecanismo de defensa que lo inundaría en caso de que Corea del Norte haga de las suyas. No es apto para gente con claustrofobia, ataques de pánico y similares, casi que no apto para gente sin estado físico.

Fuimos a la estación de tren Dorasan, la última de Corea del Sur, que en un momento se conectaba con Corea del Norte y, siendo muy optimistas, la que en algún futuro los unirá con la red del transiberiano y la de China.

Nos llevaron al Joint Security Area (JSA o Panmunjom), la única área de la zona desmilitarizada en la que los dos bandos están frente a frente. Después de firmar un documento que indicaba que no los demandaríamos en caso de muerte, lesión o demás a causa de ataque del enemigo (como lo llaman ellos), fuimos a la sala de conferencias de la ONU, en la mitad de las dos Coreas y donde se llevan a cabo las charlas entre ellos. Ahí dentro, pisamos Corea del Norte durante algunos minutos (sin visa!) y nos contaron algunos datos de color. Por ejemplo, después de una reunión de 11 horas sin que nadie fuera al baño para no mostrar debilidad, se pactó un descanso obligatorio cada 2 horas para futuras reuniones. En esa misma sala, los norcoreanos usaban sillas más altas (como símbolo de poder); después de que pusieran sillas iguales para todos, limaban las patas de las del lado de Corea del Sur.

Muchos otros datos interesantes e incidentes, algunos de hace años, otros muy recientes, por ejemplo, el incidente del árbol, en el que mataron a dos soldados de Corea del Sur mientras intentaban talar un árbol que bloqueaba la visión de los puestos de vigilancia. También nos contaron sobre el puente (Bridge of No Return) para intercambiar prisioneros después de la guerra de Corea. A cada prisionero se le daba la opción de quedarse o cruzar el puente y volver a su país, pero una vez que decidían volver y cruzar el puente, ya no había vuelta atrás, de ahí viene el nombre.

Cada tanto, llega gente que logra escapar de Corea del Norte; el último, por ejemplo, había llegado hace una semana. Hasta tienen teléfonos en la zona desmilitarizada del sur para que si llega alguno del norte, pueda avisar y lo vayan a buscar.

Para esta excursión, nos pidieron que respetemos un código de vestimenta con el fin de que los del norte no nos sacaran fotos para usar como propaganda. Vimos un solo soldadito de los del enemigo, pero parece que había varios otros mirándonos desde lugares ocultos.

A pesar del riesgo, la cantidad de armas y de soldados que vimos, los puestos de vigilancia, las cercas electrificadas, los campos minados y de estar tan cerca del enemigo, no nos pasó nada. Excursión recomendadísima.

Caminamos por todo Seúl, visitamos el Palacio Gyeongbokgung (uno de los cinco grandes), paseamos por mercados y distintos barrios y fuimos a museos y al War Memorial. Es el primer mundo. Impresionante lo que crecieron en los últimos años. Polo tecnológico y financiero. Potencia mundial e inventores del Gangnam style.

Lo mejor, la comida. Nos gustó tanto que un día nos inventamos un Street Food Tour y probamos de todo. Anotábamos algunos nombres para saber qué pedir, pero generalmente pedíamos señalando lo que veíamos ahí o la comida de los vecinos de mesa, o las fotos del menú, cuando había. Los protagonistas: el kimchi (repollo fermentado), el bulgogi, el bibimbop, la Korean barbecue y los platos con arroz, fideos y picante, pero hay muchísimas cosas más, siempre con platitos pequeños con un poco de todo.

Gyeongju

En Seúl nos tomamos un bus y llegamos a Gyeongju al cabo de cuatro horas. Mucho verde. Bosques. Lagos. Todo muy zen. Beautiful Gyeongju dicen todos los carteles. Tumbas reales en parques de túmulos, templos budistas como el de Bulguksa y el gran Buda de Seokguram Grotto. Parque Nacional y mucho patrimonio de la humanidad.

Lo que nos cuesta comprender aún es esta última moda que está arrasando en Corea. Son parejas que usan exactamente lo mismo. 

Nos vamos habiendo dominado el arte de los palitos chinos o, mejor dicho, coreanos, porque acá se usan palitos de metal.

Próximo destino: Japón, en el mismo ferry, pero ahora en segunda clase.

Palacio Gyeongbokgung

Seúl

Beautiful Gyeongju 

Tumbas reales